CUENCOS TIBETANOS


Nelly Baldomir

DESARROLLO PERSONAL & MINDFULNESS

CUENCOS TIBETANOS - Un Sábado al mes de 17:30 a 20:30

Armonizan los desequilibrios al liberar los bloqueos físicos, emocionales y energéticos que encuentran a su paso. El camino del sonido nos ayuda a salir de la mente y a vivir la presencia en el aquí y ahora.

Los Cuencos Cantores del Tíbet son alta tecnología mental. Son probablemente los instrumentos más poderosos para alcanzar un estado de paz interior y de lucidez mental. Su sonido nos penetra y nos eleva, es capaz de transformar y transmutar nuestro estado de ánimo en pocos minutos, haciéndonos sentir mejor, en un placentero estado de paz interior que permite alcanzar la armonía interior y nos revitaliza llenándonos de energía.

El sonido de estos cuencos guía al cerebro hacia una frecuencia de onda alfa, que induce un profundo estado meditativo y apacible, al igual que una gran claridad mental.

Adicionalmente, cuando se toca cerca o directamente encima del cuerpo, las vibraciones sonoras se transmiten a nuestra sangre y órganos, de modo que puede utilizarse como instrumento de sanación.

 

¿Cómo?

Cada objeto vivo o inanimado tiene un campo vibracional energético único, y cuando dos objetos vibran en armonía sus campos vibracionales se fortalecen entre sí.

Un cuerpo en perfecto estado de salud es como una orquesta, donde cada célula y cada órgano crean una resonancia en armonía con el ser completo.

Pero cuando uno o más componentes corporales vibran fuera de tono, entonces el flujo natural de energía es reemplazado por una vibración inadecuada, apareciendo entonces la enfermedad.

Muchas de las enfermedades que el ser humano padece se deben a la pérdida del equilibrio anímico y tienen que ver con la manera en que son enfrentados los problemas cotidianos.

De modo que para devolver el estado de salud es necesario restituir la frecuencia natural fundamental, y esto puede llevarse a cabo mediante la vibración y el sonido de los cuencos tibetanos. Resuenan con cada célula del cuerpo liberando cualquier bloqueo y restaurando el equilibrio perdido.

Y no solamente su sonido es maravilloso, sino también el silencio que experimentas una vez que el sonido se ha diluido en el aire y forma parte de ti.

Si aceptamos que el sonido es vibración, y sabemos, que la vibración toca cada parte de nuestro cuerpo, podemos darnos cuenta, de que el sonido, no solo lo “oímos” con los oídos, si no también, a través de cada célula de nuestro cuerpo.

Consiste en experimentar la vibración en el cuerpo a través de ellos y hallar un estado curativo al conseguir la homeóstasis natural del organismo.

Ello a su vez trae nuevos niveles de consciencia y se da la armonía, permitiendo que el propio proceso se convierta en un momento agradable, relajante y liberador.

 

Ya antiguamente se sabía que todo en el universo vibra, fue Pitágoras quien afirmó que cada átomo, produce un sonido particular debido a su movimiento, ritmo o vibración. Y todos ellos componen una armonía universal, en la que cada elemento, sin perder su propia función y carácter, contribuye a la totalidad. Lo que es aplicable al cuerpo humano, cada célula y cada órgano de nuestro cuerpo vibran en una determinada frecuencia.

La vibración es el movimiento interno que tiene cada ser o cuerpo que ocurre por el movimiento del electrón alrededor del átomo, todo cuerpo lo contiene, desde las células hasta las estrellas, todo está en vibración constante.

Cuando nuestro organismo tiene una vibración natural, nos encontramos en un estado saludable, sin embargo, si alguna parte de nosotros deja de vibrar en armonía consigo misma, con las demás partes o con el entorno se produce el estado de enfermedad.

Esta disonancia o enfermedad puede reequilibrarse con sonido, vibración e intención‚ devolviendo a las partes enfermas su frecuencia natural. Por eso se dice que la enfermedad se da cuando se rompe la armonía en nuestro cuerpo.

Por el principio de resonancia se sabe, que es posible modificar estas frecuencias alteradas a través de la transmisión de otras frecuencias.

Convirtiéndose el sonido en una valiosa herramienta para lograr la armonía y la salud.

El sonido viaja 5 veces mejor por el agua que por el aire

El cuerpo tiene más de 70% de agua

Hay unas longitudes de onda, cada una, conectada a un estado de conciencia diferente, la más potente hace que se sincronicen y emiten en alfa, la vibración repercute en la columna que actúa como vehículo de resonancia y se extiende al sistema nervioso, células, tejidos.

Los cuencos tibetanos poseen vibraciones y ondas armónicas de alta frecuencia.

Los efectos de esta vibración son reconocibles por la parte inconsciente del ser humano y hacen que éste recuerde y recupere su frecuencia y vibración natural silenciando el cuerpo mental, permitiendo a la persona entrar en estados de relajación beneficiosos y sanadores que se manifiestan desde los cuerpos más sutiles hasta el cuerpo físico.

Cuando nuestro organismo tiene una vibración natural, nos encontramos en un estado saludable, sin embargo, si alguna parte de nosotros deja de vibrar en armonía consigo misma, con las demás partes o con el entorno se produce el estado de enfermedad.

Esta disonancia o enfermedad puede reequilibrarse con sonido, vibración e intención‚ devolviendo a las partes enfermas su frecuencia natural. Por eso se dice que la enfermedad se da cuando se rompe la armonía en nuestro cuerpo.

Por el principio de resonancia se sabe, que es posible modificar estas frecuencias alteradas a través de la transmisión de otras frecuencias.

Convirtiéndose el sonido en una valiosa herramienta para lograr la armonía y la salud.

El sonido viaja 5 veces mejor por el agua que por el aire

El cuerpo tiene más de 70% de agua

Hay unas longitudes de onda, cada una, conectada a un estado de conciencia diferente, la más potente hace que se sincronicen y emiten en alfa, la vibración repercute en la columna que actúa como vehículo de resonancia y se extiende al sistema nervioso, células, tejidos.

Los cuencos tibetanos poseen vibraciones y ondas armónicas de alta frecuencia.

Los efectos de esta vibración son reconocibles por la parte inconsciente del ser humano y hacen que éste recuerde y recupere su frecuencia y vibración natural silenciando el cuerpo mental, permitiendo a la persona entrar en estados de relajación beneficiosos y sanadores que se manifiestan desde los cuerpos más sutiles hasta el cuerpo físico.

Están fabricados con aleaciones de cinco, siete y hasta nueve metales, siguiendo la tradición alquímica de los siete planetas: oro, plata, mercurio, cobre, hierro, estaño y plomo. Oro: sol, Plata: luna, Cobre: Venus, Estaño: Júpiter, Hierro: Marte, Mercurio: Mercurio, Plomo: Saturno.

Estos instrumentos tienen en común una enorme variedad de tonos armónicos y unas vibraciones que nos tocan profundamente. Aplicado con una intencionalidad amorosa y limpia pueden conducirnos a nuestra esencia, a nuestra energía, a nuestro cuerpo y a nuestras emociones.

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